¿Cómo se ve la prensa rosa en la calle?

martes, 24 de marzo de 2009

El papel cuché

Raquel Vidal.- En la década de los años veinte, empezaron a aflorar las primeras informaciones tanto sociales como culturales pensadas para un único destinatario: la mujer. Con la creación de revistas como ¡Hola!, Lecturas o Diez Minutos, entre otras, se ofrecía a las lectoras la oportunidad de sumergirse en el mundo del lujo y de la fantasía de los personajes públicos. Informaban sobre bodas, bautizos, fiestas… todo ello siempre tratado desde el respeto y la educación, y acompañado por imágenes agradables. Pero, lamentablemente, todo eso quedó en el pasado. Actualmente este tipo de género periodístico se ha visto enturbiado por los escándalos, la vulgaridad y el sensacionalismo. Ahora todo vale, las alegrías ya no venden, lo que sale rentable son los divorcios, las infidelidades, las disputas entre miembros de una misma familia… en resumen, todo aquello que despierta el morbo en el espectador. Un ejemplo claro es el de la muerte de Carmina Ordóñez, más conocida como “La reina del papel cuché”. Tras su fallecimiento, todos los medios de comunicación ofrecieron imágenes e hipótesis sobre las causas de su muerte. En ningún momento se tuvo ni el más mínimo respeto tanto a los familiares como a la propia fallecida. Esto muestra como la ética y la moral se han perdido, y sólo es defendida por un pequeño sector.
Lo curioso de todo esto es la gran repercusión que tiene la prensa del corazón. Este éxito se puede entender porque lo que busca el espectador es el entretenimiento y encontrar en historias ajenas una vía de escape que le permita evadirse de su realidad o de su entorno. Además de los factores señalados, es de importancia destacar que, la murmuración y la habladuría de la sociedad también son garantes de su éxito.
La evolución experimentada por la sociedad ha dado como resultado el cambio de registro y contenido en los soportes de la información rosa. Se ha pasado de un vocabulario cuidadoso y técnico, acompañado de información contrastada y crítica, a un léxico escasamente enriquecido y poco verificado.
Con la entrada en vigor de la Constitución Española se han promulgado derechos que han permanecido en silencio durante muchos años, como es el caso de la libertad de expresión. Este hecho ha generado que los periodistas se hayan visto con el poder de informar libremente sobre cualquier situación, y acerca de cualquier persona, sin ponerse límites ni barreras que les permitan diferenciar entre su esfera pública y su esfera personal.
Por todo ello, frente a esta situación se plantea la duda de si es la sociedad que arrastra a los medios de comunicación, y en este caso al mundo del corazón, a cambiar el enfoque de su información, o, si sucede al contrario, y son los medios los que al ofrecer un nuevo tipo de información provocan una alteración en los gustos de la gente.
Una vez más se hace patente la eterna duda existencial ¿es antes el huevo o la gallina?

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