¿Cómo se ve la prensa rosa en la calle?

martes, 31 de marzo de 2009

Conclusión final de Corazoncito no llores

¿ A qué nos enfrentamos?

Estefania Vinyals.-
La libertad de expresión y la intimidad de las figuras públicas, qué recursos legales existen para defender la intimidad personal y dónde está el límite por parte de los medios, por qué causa vergüenza reconocer la lectura, la pasión que sentimos ante este tipo de prensa, la opinión de los periodistas (del corazón o no), la evolución, la difusión y el crecimiento que ha desarrollado durante los últimos años, las nuevas tendencias y formatos… Podríamos llenar un libro entero con todos los entresijos que conforman la prensa rosa y, aún así, nos faltarían aspectos sin resolver, sin cubrir. Pero, de todos modos, ¿hemos llegado a una conclusión final?
Quizás no. Quizás no podemos dar con una conclusión definitiva, pero sí con una guía, una pauta a seguir y, a partir de aquí, engendrar la posibilidad de empezar a crear una propia opinión acerca del tema. En nuestro caso, una opinión (más o menos) comuna que hemos conseguido a través de encuestas, la búsqueda de datos estadísticos, la lectura de artículos relacionados con el tema y de sentencias y denuncias de personajes famosos, la consulta de bibliografía especializada y la visión de determinadas películas concentradas en el mundo del papel cuché y de la farándula, al mismo tiempo que el constante repaso y búsqueda de textos legales en la Constitución Española.
Encuestas realizadas en la calle que han dejado ver, claramente, la vergüenza que le da a la gente reconocer que es consumidora de este tipo prensa (incluso negando la existencia de ésta). Palabras y frases que sonaban a verdad pero que, después, al consultar con quiosqueros y estadísticas de la Oficina de Justificación de la Difusión, se revelaban en mentiras: ¡Hola! la revista semanal más vendida (superando las de temática deportiva, moda...). Una serie de artículos publicados en diarios y publicaciones de renombre en los que se criticaba duramente a la prensa rosa y a las cifras desorbitadas de dinero que esta industria generaba cada día (sin darse cuenta que, ellos mismos, con esas crónicas, artículos de opinión y demás la están alimentando continuamente). Las denuncias de los personajes públicos, como el caso de la hermana de la actual princesa, Telma Ortiz, que dejan ver a la luz las lagunas que nuestro sistema legislativo y judicial tiene respecto los temas de la intimidad de la vida personal, la privacidad y el honor… Del mismo modo que carece en el ámbito de la libertad de expresión. ¿Tan difícil es, realmente, conciliar estos dos aspectos? Y es que hay demasiada gente metida en el ajo… La respuesta es que ya es demasiado tarde para frenar cualquier consecuencia.
Pero, de todos modos, la Constitución Española deja muy claro que existe el derecho humano a todo esto (intimidad, honor, privacidad…sé que me repito) en el artículo 18CE de la misma. Con esta afirmación no me retracto de lo dicho anteriormente, existen lagunas, y muchas. Pero quizás no en la existencia de medidas que permitan regular el derecho a informar y al de no ser noticia, si no en cómo éstos han sido, son y seguirán siendo tratados en los diversos juzgados y por los diferentes jueces.

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